Martha Estela Pérez García
Maestra del programa de Sociología de ICSA
Hablemos de la democracia, pero en relación con temas que no se circunscriben solamente al aspecto formal de la política, al sistema político, las contiendas electorales y el sistema de partidos. Nos ubicaremos en la relación que mantienen la democracia, la sociedad y las mujeres, temas que resultan abstractos y para algunos o algunas suenan tan distantes los unos de los otros.Sin embargo, es importante aclarar que si bien el imaginario social así lo determina, ha sido porque de falsas tesis se han construido falsas verdades que han reconstruido una realidad social y cultural, misma que ha discriminado y reducido a las mujeres hacia una vida de discriminación y subordinación del mundo masculino, empezando por apartarla de espacios que supuestamente no están destinados a nosotras por el simple hecho de pertenecer al sexo femenino, el mundo de la política y de lo político.Es en la primera de estas esferas que se reconoce como el área de la política, es decir la política formal, en la que si bien el número de mujeres ha aumentado con su participación en los partidos, en el gobierno y en los espacios legislativos aún no es suficiente su presencia. Para la investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Ana María Fernández Poncela, especialista en el tema, hay inequidad en la participación política sin importar que las mujeres sean más del 50 por ciento de la población en el país.Así mismo, vemos que ha sido en el espacio de lo político o el espacio informal donde ha costado también a las mujeres ubicarse como luchadoras sociales y ser reconocidas como tales. La democracia tan discutida en nuestro país no ha llegado a impregnar los espacios o las oportunidades a hombres y mujeres, las áreas de expresión no se han abierto para ellas con igualdad y con mucha frecuencia se trata de desconocer las voces y figuras femeninas que buscan ser visibilizadas para dar a conocer sus distintas problemáticas.Mujeres que, como lo dice la investigadora de la UNAM Esperanza Tuñón, han ejercido acción social y han logrado hacer política desde espacios no tradicionales como son las calles de nuestra ciudad; surgen desde las colonias, las escuelas, las organizaciones no gubernamentales y las iglesias para mostrar los diversos problemas que han emanado gracias a la discriminación y subordinación que hemos padecido en nuestra cultura y que se traduce en experimentación de pobreza, violencia y falta de oportunidades de desarrollo en la sociedad.Estas mujeres buscan la democratización de los espacios, tanto del formal como del informal, luchan contra la exclusión social y por ser escuchadas cuando acuden a las instancias de gobierno o marchan por las calles para pedir servicios públicos, guarderías, centros de trabajo y el respeto a la vida del género femenino, exigiendo que se les perciba como ciudadanas de primera categoría. Que no se les subestime por el simple hecho de ser mujeres, ser pobres, ser feministas o tener determinada preferencia sexual, piden que se les vea como poseedoras de derechos y no solo de obligaciones, que se respete el ejercicio a la libre manifestación de demandas políticas o sociales.Aunque en opinión de algunos(as), las mujeres somos incapaces de construir acciones políticas serias sólo por pertenecer al género femenino y por que nuestras peticiones suelen centrarse en la resolución de los problemas que experimentados en nuestra vida cotidiana. No obstante, es importante no perderlas de vista, esta participación no tiene vuelta atrás porque los cuerpos femeninos se han unido para ser visibilizados constituyéndose en una voz que está trascendiendo.Ellas mantienen la esperanza de lograr la democratización de las oportunidades y de los espacios, demostrando así que todas y todos podemos hacer política sin importar que nuestra esencia esté contenida en un cuerpo femenino o uno masculino.