Ala Siniestra No 5


Editorial.

¿Qué opinamos l@s estudiantes sobre la problemática social en nuestro país? ¿Acaso existe esta problemática? ¿Qué está sucediendo ahora con tantas movilizaciones? ¿Por qué la gente está saliendo a las calles a protestar? Y de ¿qué protestan? ¿Nos importa a nosotr@s l@s estudiantes de la UACJ esto que sucede? Y por último, ¿esto nos afecta? ¿es importante que participemos como estudiantes en los problemas diarios de miles de mexican@s? Es obvio que en una sociedad dividida en clases sociales, cada cual da una interpretación a los distintos hechos de la vida social y cada cual actúa conforme a sus intereses y correspondiente a la evaluación propia de estos hechos.
Así, nosotr@s, el Comité Universitario de Izquierda, impregnad@s en un espíritu como clase proletaria, estamos en entender esta problemática de nuestra sociedad y en buscar causes de resolución por medio de la participación política y civil, entendida esta como un derecho y una obligación de y para tod@s l@s mexican@s.
Nuestras posturas y forma de actuar buscan plantearse bajo nuevos causes de participación política, en democracia directa y participativa, en toma de decisiones en colectivo por medio del consenso y la votación, con el debate y la discusión, el respeto al compañer@ que habla y propone, anteponiendo el interés común antes que el individual en beneficio de tod@s y cada un@ de l@s integrantes del colectivo y nuestr@s compañer@s universitari@s; buscando esa forma cabal de hacer democracia, el CUI se ha postulado como un colectivo anticapitalista, revolucionario, antipatriarcal, feminista, ecologista y antirracista, y sobre estos fundamentos, nosotr@s valoramos e interpretamos los hechos sociales; los problemas y circunstancias que afectan a l@s indígenas, la explotación que vive el(la) trabajador(a) de la maquiladora, el problema de la privatización de las pensiones de l@s profesores(ras) con la nueva ley del ISSSTE, lo que sucedió en Oaxaca con la APPO, y el problema de l@s estudiantes que no logran ingresar a la universidad, entre otros mas.
Y tratamos de influir sobre todas estas situaciones, a través de la concientización, con nuestr@s compañer@s que son iguales que nosotr@s, y que tienen las mismas necesidades; y también, con nuestr@s adversari@s politic@s.
Así, el CUI ha creado su órgano de difusión, la revista Ala Siniestra, para dar a entender esta vida social, sus situaciones y problemas, y tener una interpretación coherente de los mismos, y que sea de utilidad para transformar nuestra realidad, en busca de una sociedad más justa y libre, no para un@s cuant@s, sino para la totalidad de la población mundial.
El CUI te invita a que leas este su 5.to número de la revista Ala Siniestra, a que te intereses en la vida social y política de tu comunidad, tu escuela, tu lugar de trabajo, y que participes. Además el Comité te invita a formar parte del mismo y te involucres en las actividades en las que participa, nos encuentras en el Instituto de Ciencias Sociales y Administrativas en el edificio N todos los viernes a las 18:00 hrs. en asamblea.

MÉDICOS PROLETARIOS.
Tomás Efrén Holguín Mendoza.[1]

Hay una característica común a la inmensa mayoría que conforman a las y los estudiantes de medicina y a los médic@s, consiste en que forman dentro de las fuerzas productivas de la sociedad, un sector más de trabajadores y trabajadoras, son fuerza de trabajo, son proletarios.
Las y los médicos pertenecemos, dentro de la actividad del ser humano (la cual se dedica a la producción de bienes materiales y bienes espirituales) a la específica de producción de bienes materiales, pero aun más en la producción de bienes de servicios, y nula o casi nula en la de producción de bienes manufacturados.
Estamos insertados en esa labor, se podría decir, intermedia o neutral, de brindar el servicio medico a esas dos clases antagonistas de la sociedad actual capitalista; una, que son a los dueños de los medios de producción, los capitalistas y la otra, a los que como la gran mayoría de los médic@s, sólo cuentan con su fuerza de trabajo para sostener su vida, a los trabajadores y trabajadoras, a los proletari@s (obrer@s, campesin@s, vendedor@s ambulantes, desemplead@s); además de la atención de las capas intermedias interpuestas entre estas dos clases antagonistas, que en la actualidad denominan la clase media, que en esencia no dejan de ser también en su basta mayoría, fuerza de trabajo, proletari@s, pero que han sabido y/o podido mejorar su condición por medio de las sobras que deja el modo de producción capitalista hasta este momento.
En consonancia podríamos decir que tenemos los médicos que brindan atención a los burgueses y pequeño burgueses, a las y los ricos; y los que brindan atención a los trabajador@s, a los proletari@s, a los pobres; o los que brindan atención simultanea y alternadamente a ambas clases sociales. Y como sector intermedio o neutral, estamos alejados de toda educación, preparación y actividad política, porque nuestra labor es simplemente ser médic@s, en abstracto, no somos otra cosa.
Pero entendamos que como trabajador@s no dejamos de pertenecer a una clase, y que por nuestras propias características como trabajador@s de la salud, es obvio que no dejamos de pertenecer a la inmensa mayoría de los proletari@s, como ya dije, a los que lo único que tenemos para vivir es nuestra fuerza de trabajo (nuestras manos, y sus propias habilidades automatizadas, artesanales o quirúrgicas; y nuestro conocimiento) con la que salimos al mercado laboral (una vez terminada la carrera) para ofertarla, como cualquier otro proletario, y como si fuera (que en la realidad actual lo es) otra mercancía más, por una remuneración, por el salario; y como es claro que los medios de producción no le pertenecen a la clase de los proletari@s, así podemos quedar como otros tantos trabajador@s en el desempleo, por la ridícula excusa de falta de demanda de médicos o más correctamente por la falta de espacio para nosotr@s. O bien si conseguimos ese empleo, este podría ser bajo condiciones poco adecuadas, en explotación, y con un salario insuficiente.
Un problema que tenemos los médic@s, es que la medicina cada vez avanza más y más, y por lo tanto, cada vez, necesita mayor especialización (y especialistas); y el problema está justamente, en la posibilidad escueta que tenemos la gran mayoría de los médic@s para realizar nuestra añoranza de especializarnos; digo esto ahora que soy estudiante de la carrera de medico cirujano general y aún no especialista logrado o frustrado, pero ya desde este preciso instante me doy cuenta que aparte de la gran preparación que se requiere para acceder a la especialización, está la escasez de plazas creadas por nuestro bendito Estado nacional (o gobierno), que no deja de ser un Estado burgués-capitalista-burocratizado y que por lo tanto se rige por las leyes del mercado las cuales defiende, aun sabiéndose de la gran necesidad que tiene la sociedad mexicana de atención medica de calidad y de salud; está la barrera de la corrupción, donde los exámenes de residencia son comprados (por los que tienen el dinero y la baja moral, o necesidad inmediata, para comprarlos), y las influencias, consanguíneas o de otro tipo, importantes que se puedan tener (con médicos, directores de hospitales, sanidad, etc.) juega otro papel importante. Todo esto además lo puedo comprobar con testigos médicos que han intentado la especialidad y aun no la han obtenido, o la consiguen después de varios intentos e innumerables esfuerzos; pero esto lo podemos comprender desde el mismo hecho de intentar acceder a la carrera de medico cirujano general, más de la mitad de los aspirantes a la carrera son desechados (así como ocurre en otras tantas carreras profesionales), no una vez, sino varias veces, o de por vida.
Esta última situación en particular crea una cosa curiosa en la mentalidad de los médic@s, que se creen un sector privilegiado (y que en la realidad de los hechos lo son por varias causas, - y como ya dije,- una de ellas es la inmensa dificultad que tiene un trabajador común y corriente, de conseguir una carrera profesional en la actual sociedad capitalista) y casi elegido; y de hecho hasta crean y forman grupos entre ellos, destinados a ofrecer un fraternal apoyo a esos privilegiados, elegidos, llenos de talento; pero exclusivamente entre ellos. Olvidando que no dejan de formar parte de esa clase que es mayoría en la sociedad, olvidando que no dejan de ser trabajadores productores de servicios como fuerza de trabajo, olvidando que no dejan de ser proletarios en su gran mayoría.





LAS FEMINISTAS COMO PUNTA DE LA LANZA

Clara Eugenia Rojas Blanco[2]



En una sociedad machista, todo el mundo es machista,
incluyendo las mujeres, y todos resultamos víctimas
del machismo, incluyendo a los hombres...[3]


Aprovecho este espacio para manifestar mi postura feminista ante el evento de la Srita ICSA. Lo hago aquí por considerar que esta comunidad discursiva esta constituida por personas interesadas en la reflexión de la problemática política y socio-cultural de nuestra comunidad. El asunto que me motiva es que en días recientes se me ha cuestionado sobre el porqué “las feministas de la UACJ permitimos” que se realicen ese tipo de eventos de belleza en donde evidentemente se refuerza y recrea la objetivación sexual de las alumnas. En primer término, quiero establecer que si bien, como filósofa feminista, mi postura es política y que mi quehacer académico esta centrado en la reflexión crítica en torno a la problemática social, política y económica de las mujeres, de ninguna manera mi función es la confrontarme con las decisiones tomadas por otras mujeres.
Por principio y en principio, nadie -- ni las feministas (quienes por cierto somos una insignificante minoría en la UACJ)-- tenemos derecho de coartar la libertad de expresión de las alumnas, o en su defecto de cualquier otra mujer, por más que no estemos de acuerdo con su modo de pensar o actuar. Una de las premisas primordiales de la reflexión feminista contemporánea no es la de adoctrinar o criticar a otras mujeres, sino la de propiciar los espacios que permitan la reflexión y la posible reconstrucción de las mujeres como personas autónomas y autodeterminadas. Esto significa, que necesariamente las mujeres tenemos que partir de una reflexión crítica de nuestra posición en la sociedad como recreadoras, aparentemente voluntarias, de la cultura que nos oprime o como digo “nos coloniza” mental y espiritualmente.
En el caso de las participantes del evento de ICSA, todo parece indicar que nadie –salvo los patrones culturales—las ha obligado o coaccionado a promover o participar en este evento. Insisto, dada la cultura en la que vivimos, nosotras tendemos a participar “voluntariamente” en nuestra propia objetivación. Y aún cuando nos –a las feministas--quede claro que ellas están respondiendo a ideologías machistas en donde históricamente se ha construido a las mujeres para ser objetos del escrutinio ideológico-sexual de los hombres, no es fácil evitarlo, pues generalmente la crítica se toma de manera personal y se nos revierte de manera virulenta. La única manera de hacerlo, de manera permanente y constructiva, es re-educándonos y promoviendo una conciencia feminista, en donde las mujeres nos revaloricemos como sujetos versus objetos. Pero, a nadie se le puede o se le debe obligar a emprender ese proceso, pues es un proceso de reflexión personal/político que se da de manera autogestiva.
Otra de las premisas de pensamiento feminista, es la de evitar confrontarnos con otras mujeres o permitir que se nos utilice como punta de lanza para apuntalar agendas políticas de otros u otras o para tranquilizar la conciencia de otros o de otras que no se atreven a manifestarse públicamente en contra de estos eventos, y que generalmente terminan manejando una doble agenda. Afirmo esto porque ahora resulta que las feministas “permitimos” este tipo de eventos. Sin embargo, cuando nos hemos opuesto resultamos ser “amargadas, viejas frustradas y envidiosas, odia hombres”, entre otros tantos epítetos que devalúan una lucha de muchos años. En otras palabras, si lo hacemos porque lo hacemos y si no lo hacemos porque no lo hacemos, el caso es que siempre hay un pretexto para devaluar nuestras reflexiones y nuestras intervenciones.
Sin embargo, en el tenor de ridiculizar la reflexión feminista, se pierde de vista y se minimiza el acoso sexual dentro y fuera de la institución, se siguen consumiendo acríticamente las revistas femeninas (pornografía light) y las de pornografía dura que se exhiben abiertamente en los puestos de venta, asimismo los lugares de “table dance” (con menores de edad), las telenovelas, todo tipo de publicidad, entre otros cientos de espacios que devalúan a las mujeres. Estos espacios contribuyen directamente a la normalización de los cuerpos “femeninos” como objetos de consumo o mercancías y en donde las mujeres aparentemente participan de manera voluntaria, sin percatarse que hay todo un sistema capitalista predador que utiliza los cuerpos de las mujeres (sobretodo niñas y jovencitas, y cada vez más los jovencitos) como reforzadoras de la sociedad de consumo irracional. ¿No es esto parte de una responsabilidad social y no un compromiso exclusivo de las feministas?
Por otro lado y paradójicamente, aquéllas que nos postulamos como feministas abiertamente, a pesar del riesgo, somos constantemente devaluadas y ridiculizadas por la gran mayoría de los hombres y las mujeres de la UACJ, por quienes siguen, tristemente atrapadas/os en los 60’s, promoviendo la idea de que las feministas somos “odia hombres a ultranza” . Esto es lo que no deja avanzar los derechos de las mujeres; principalmente el que las mujeres sigamos creyendo que las mujeres debemos ser –o somos--enemigas de otras mujeres, a fin de congraciarnos y no arriesgar el supuesto reconocimiento de los que ocupan espacios de poder en nuestra sociedad.
Entonces, a las filósofas feministas contemporáneas, sobretodo las académicas, no nos corresponde criticar por criticar el quehacer de otras mujeres, nos corresponde investigar, establecer y promover la reflexión de los mecanismos políticos socio-culturales que producen, recrean y refuerzan este tipo de objeto “femenino”, tanto entre hombres como entre mujeres. Por último, afirmo que terminar con la práctica sociocultural de objetivación sexual de las mujeres no es, ni tiene porque ser responsabilidad exclusiva de las feministas, sino de todas las personas que buscan promover un cambio a favor de una sociedad más justa. Y reitero, que la posibilidad de este cambio es casi imposible mientras las mujeres sigamos siendo reproductoras, recreadoras y reforzadoras “voluntarias” de las prácticas socio-culturales que históricamente nos han convertido en ventrílocuas de la cultura machista.

Autonomía Reproductiva.

Aurora Andere[4]

Actualmente el Estado mexicano a través de sus instituciones cuya función debería ser informar, orientar y apoyar a las mujeres para que puedan actuar en consecuencia con sus deseos de ser madre o no serlo, funcionan realmente como trabas u obstáculos para la libre decisión de las mismas.

No existe la adecuada formación sexual desde la escuela, en hospitales y clínicas, no cualquiera es candidata a métodos anticonceptivos definitivos, y una vez que se ha dado la concepción es ilegal interrumpir el embarazo.
La autonomía se define como la libertad para que un individuo disponga de sí mismo. La libertad es la capacidad de autodeterminarse, así como también es el estado en que no se sufre ni sujeción ni impedimento. Por lo tanto no puede decirse que las mujeres tengamos total libertad de decisión sobre este tema, menos hablar de autonomía.
El primer impedimento se presenta en la escuela, es en esta institución donde se evidencia la falta de información sobre sexualidad y métodos anticonceptivos. Cabe mencionar que al presentarse recientemente un libro de texto que busca una mejor formación sexual desde la escuela, fue recibido por una fuerte oposición por amplios sectores conservadores, tanto de padres de familia como docentes. En estas circunstancias una mujer no decide libremente, puesto que no se tiene conocimiento suficiente sobre las opciones y posibilidades de evitar un embarazo.

Es importante una formación sexual adecuada, y por lo tanto debe ser incluido un programa en las aulas sobre métodos anticonceptivos y su uso, pues es un hecho que las probabilidades de un embarazo no deseado se reducen de manera significativa en una mujer que ha sido informada oportunamente.

En los hospitales y clínicas particulares se presenta otra traba en la elección de métodos anticonceptivos, pues al solicitar un método definitivo, deben ser cubiertos ciertos requisitos, como lo son: ser mayor de 35 años, tener por lo menos un hijo, entre otras exigencias que pueden variar a consideración del doctor. En la mayoría de los casos las candidatas tienen que presentar la autorización del marido, y aunque parezca una exageración, en ocasiones, cuando el marido está de acuerdo se pide también la autorización de la suegra.

Todos estos requisitos son una aberración, una violación a la autonomía de una mujer con su cuerpo. Los doctores argumentan de manera cínica “Le damos la oportunidad de tener más hijos”. ¿Qué oportunidad va a desear una mujer que busca un método definitivo? ¿Qué autoridad tiene un doctor sobre su paciente para ‘darle la oportunidad’ y negarle el servicio que pide? La responsabilidad de la mujer que se somete a métodos quirúrgicos debe asumirla ella y nadie más, pero no puede negársele el derecho a la cirugía.
Al ser rechazadas injustamente en su petición, quedan expuestas a embarazos que definitivamente no serán deseados.

Advirtiendo las condiciones en que se encuentra una mujer respecto al ejercicio de su sexualidad: la desinformación y carencia de libertad a la hora de decidir; la penalización del aborto es la peor violación a la autonomía reproductiva de la mujer. Puesto que en estas circunstancias el embarazo es una probabilidad latente. Es importante manifestarse a favor en la despenalización del aborto.

A pesar de ser ilegal, la práctica de este método anticonceptivo es común, aunque no por eso seguro. Todo lo contrario, por ser una practica clandestina tiene muchas desventajas, cuando se realiza en clínicas no se le puede exigir a quien lo realiza garantía de higiene ni seguridad para con la paciente, tiene un precio alto que para muchas es difícil costear. Debido a la imposibilidad para pagar la intervención en una de estas clínicas, o por la relativa facilidad que ofrecen otros métodos, algunas mujeres prefieren inducir el aborto en soledad, lo cual representa un riesgo mayor pues en caso de necesidad no podrán ser asistidas por personal médico.

La legalización del aborto sería un importante avance. Al volverse una práctica legal estaría regulado y controlado, para que toda aquella que lo solicitase tenga mayor garantía de seguridad e higiene, así como asistencia profesional adecuada. Con lo cual se reduciría el número de muertes por esta causa.

Es necesaria la información oportuna, constante actualización sobre el tema, flexibilidad en el acceso a cualquier método anticonceptivo, mayor inversión para la investigación médica enfocada a mejorar, abaratar y/o crear nuevos métodos anticonceptivos, estando bien informada respetar las medidas que cada mujer quiera tomar, impulsar el avance más equitativo de anticoncepción entre géneros, entre otras medidas encaminadas a evitar embarazos no deseados. Porque no basta solo la despenalización del aborto para lograr la autonomía reproductiva de las mujeres.

¿Qué es el neoliberalismo?
Carlos Murillo González[5]

Para don Goyo, con admiración; por que con sus 10 tacos por 10 pesos contradice al modelo neoliberal más feroz

Esta de moda criticar al neoliberalismo, desde echarle la culpa de prácticamente todo lo malo que le sucede a México, hasta de ser un producto de la derecha y con un poder ilimitado, inagotable y casi, casi, invencible; pero ¿qué es el neoliberalismo? El presente artículo es un pequeño esbozo de sus principales características y de cómo se vive y se percibe en Ciudad Juárez.

El concepto lo desarrollan Friedrich Hayek y Milton Friedman a mediados del siglo XX, pero tiene su origen en las teorías de Adam Smith sobre el liberalismo económico, a finales del siglo XVIII. Básicamente es una versión refinada y contemporánea de las tesis de Smith sobre la apertura de mercados y la libre competencia, con impulso desde el Estado, pero con poca intervención del mismo, resumido en el famoso laissez faire, laissez passer (dejar hacer, dejar pasar).

A partir de los gobiernos de Ronald Reagan en Estados Unidos y Margaret Tatcher en Inglaterra, se impone el modelo en el mundo teniendo como características principales, además de las antes señaladas: la eliminación de las empresas estatales o paraestatales, la apertura del mercado a empresas transnacionales, apoyos y subsidios a empresas privadas, disminución de las políticas sociales y un papel del Estado como árbitro facilitador del libre mercado.

En México y a partir del gobierno de Miguel de la Madrid en 1982, se establece el neoliberalismo como respuesta y para terminar con el Estado de bienestar, más enfocado a un gobierno paternalista en lo social y proteccionista en lo económico. Desde entonces (hace 25 años) es el modelo político-económico vigente en el país, con su estilo muy mexicano, que igual ha rescatado a la banca (Fobaproa, con nuestros impuestos ¡claro!) que desmantelado el campo (TLC) o rematado paraestatales (Telmex) y que ahora busca vender Pemex.

Cada presidente en turno se convierte más bien en un gerente cuyo fin es establecer los mecanismos que permitan el crecimiento y desarrollo económico, sobre todo el primero, aun por encima de las necesidades inmediatas de la población, que es la que hace el gasto de aguantar inflaciones, devaluaciones y demás fenómenos macroeconómicos. De ahí la moda de los políticos-empresarios, cada vez más frecuentes.

¿Cómo se vive el neoliberalismo en Ciudad Juárez? De las muchas formas como se percibe, una de las más corrientes es a través de las devaluaciones; muchas veces y para poder atraer capitales al país (o maquiladoras a Juárez) una moneda devaluada sirve mucho como gancho de mano de obra y materias primas baratas; así que es una especie de bendición maldita, por que significa empleos a la vez que bajos salarios y depredación de los recursos naturales, sin olvidar la contaminación ambiental y nuestra dependencia económica con El Paso, Texas.

Otra es la mala calidad y disminución de los servicios públicos: muchas personas saben lo malo que suele ser el servicio en el IMSS, CFE, etcétera; o la calidad educativa en muchas escuelas públicas, la falta de las mismas y de infraestructura en general, así, en paquete; pero la idea y tendencia neoliberal es que estas condiciones sigan así, ya sea para hartar a la población, acelerando la urgencia ciudadana a tomar iniciativas propias; ya sea para motivar a la población a buscar opciones particulares, como efectivamente sucede con la población más pudiente; o bien, para justificar la desaparición de las empresas paraestatales, como se pretende con Pemex. La idea es que el ciudadano(a) sea autosuficiente y no dependiente del Estado, aunque curiosamente no se le ayude a hacerlo, salvo si se es gran empresario, ¿Cuál es la función del Estado para con su ciudadanía?

Otra más: la planificación urbana (cuando la hay) con perspectiva exclusivamente empresarial; en este caso entran desde la conformación de la maquila (insertada en medio de zonas poblacionales, sobre todo pobres) hasta el tristemente famoso Camino Real, que tanto dinero cuesta a los juarenses y cuyo objetivo es el desarrollo de San Jerónimo, en detrimento de Juárez (recuerden las lluvias). La idea aquí es que habiendo más negocios, va a haber más inversión, por ende ¡más empleos! (con las características antes mencionadas) y asunto arreglado.

Una última: la entrada de cadenas transnacionales; no sólo me refiero a las maquiladoras, también a las franquicias de comidas y bebidas chatarra, a las farmacéuticas, supermercados y demás; en la forma como perjudican a las empresas pequeñas, locales y nacionales, obligándolas a cerrar al no poder ofrecerles competencia (precios bajos) así como también a la forma como impactan negativamente en los hábitos alimenticios, la salud y el estilo de vida de la población en general.

Podría seguir comentando cosas como el rezago social, precisamente por que es imposible verlo con ojos neoliberales, cuando hay tanta necesidad de hacer negocios y colocar a Ciudad Juárez y a México en la vanguardia mundial como economías pujantes, pero tal vez sea materia para otro escrito, mientras que éste, espero, sea materia para alimentar la inteligencia del(a) amable lector(a).



[1] Estudiante de la carrera de Medico Cirujano General Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.

[2] Profesora-investigadora Departamento de Humanidades, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

[3] Marina Castañeda (2002). El machismo invisible. Editorial Grijalbo: México D.F. contraportada.
[4] Colaboradora, Liga de Unidad Socialista
[5]*Colegio de Sociólogas y Sociólogos de Ciudad Juárez